sábado, 26 de abril de 2008

Imaginación

–Vos no sos Dios –dijo Gastón, visiblemente irritado.
–Eso es lo que te hago creer yo –respondió Adriel–. Lo hago para que descubras a Dios por vos mismo, y de esa manera encuentres la felicidad.
–Siempre salís con la misma boludez.
–Eso te lo obligo a decir yo. Si soy Dios, entonces todo tiene que ser producto de mi imaginación, salvo yo. O sea, si yo intento borrar de mi imaginación algo, ese algo deja de existir.
–Bueno, a ver, demostralo –intervino Guido.
–Dios no tiene por qué obedecer a un simple mortal como vos. Igual, te voy a hacer una pequeña demostración.

Adriel cerró sus ojos y concentró todo su poder en olvidar de su imaginación las estrellas. No existen más… Sintió el poder saliendo de su mente y borrando las estrellas.

–Listo. No hay más estrellas. Conforme?
–Pero si es de día, como mierda voy a saber si hay estrellas o no. –contestó Gastón.
–Bue, que otra cosa querés que borre? Ya sé.

Esta vez se concentró en eliminar la escalera que conducía al salón de taller conocido como “Tirapelli’s House”. “Es sólo producto de mi imaginación… No está ahí”.

–Ves? No hay escalera para llegar al salón de arriba. Eso te prueba mi poder?
–Ehh Adriel, nunca hubo escalera! Siempre subimos por la escalera del fondo, acá nunca hubo. Ahora sos un Dios desmemoriado?
–Eso te hago pensar yo. Bueno, querés otra prueba?
–Ya está, cuantas oportunidades querés. Perdiste, no sos Dios. Aparte yo no creo en vos, soy budista.

En ese momento Adriel puso la mente en blanco. No podía imaginar ningún objeto o pensamiento…
Abrió los ojos, y se encontró con una negrura infinita. Vacío, y nada más. ¿Había borrado el universo inconscientemente?

Gastón miró con sorpresa el punto en donde se encontraba Adriel instantes atrás. No había nada. Se dio vuelta y le preguntó a Guido:
–Dónde se metió Adriel??
–¿Adriel? ¿Quién es ese?

Gastón, levemente desconcertado, respondió:
–Uh, no sé. Se me ocurrió recién que conocíamos a alguien que se llamaba así. Debió ser producto de mi imaginación.

Al cabo de un rato, él también había eliminado cualquier recuerdo de ese tal Adriel.








Imaginación, by Adriel® todos los derechos reservados.

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