miércoles, 15 de octubre de 2008

Karn Evil 9 1st Impression - Emerson, Lake, & Palmer



Emerson, Lake & Palmer (también conocida como ELP) fue el primer supergrupo de rock progresivo formado en 1970 por el teclista Keith Emerson, el bajista, guitarrista y cantante Greg Lake y el batería Carl Palmer. Emerson provenía del grupo The Nice, Greg Lake participó como bajista y vocalista en los dos primeros álbumes de King Crimson, y Carl Palmer fue batería de Atomic Rooster y del grupo de rock sicodélico The Crazy World of Arthur Brown. Llamado inicialmente HELP (Hendrix, Emerson, Lake, & Palmer) pues incluiría en sus filas a Jimi Hendrix, pero su muerte en septiembre de 1970 truncó el proyecto.

El sonido de ELP está dominado por el órgano Hammond y el sintetizador Moog, interpretados por el extravagante Emerson. Sus composiciones están fuertemente influenciadas por la música clásica con aditamentos de jazz y hard rock. Muchas de sus piezas poseen arreglos, incluso extractos, de música clásica.

lunes, 13 de octubre de 2008

Lobo marino siendo empernado.

Extractos de la conversación entre lobos marinos:

LoboMarino1: CHEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE!! LA CONCHA DE TU MADREEEEE!!! DONDE CARAJO DEJASTE EL CONTROL REMOTO!? DALE QUE ME PIERDO EL PARTIDO DE ARGENTINA!

LobaMarina2: Y YO QUE MIERDA SEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE!!! PEDAZO DE INFELIZ, AL LADO TUYO LO TENEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEES!!!

LM1 (prendiendo el TV plasma 78'' escondido debajo de la roca): EEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEHHH!!! PENALAZO FUEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE!!!

LM2 (bastante alzada): YA FUEEEEEEEEEEEEE!! VAMOS A COJEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEER!!!!!!!!

LM1 (insertándole su miembro de importante tamaño): QUERÉS COJER? AHI TENEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEES!!

Jajajajajaja, no puedo parar de reirme cuando veo este video.

lunes, 29 de septiembre de 2008

Basta de gente depresiva

Me molesta la gente que vive lamentándose de su vida. Los que se creen que hay una conspiración en su contra, los que piensan que todos viven más felices que ellos, los que se preguntan qué hicieron para merecer la situación por la que están viviendo. No, lo que vivís no es culpa de otros, capaz que tampoco de vos. O quizás si, pero eso no cambia el pasado. Hay situaciones que simplemente tenés que aceptar, son así, no hay vuelta que darle. Son irreversibles. Hay otras que, por el contrario, sí se pueden cambiar. Pero no van a cambiar por el solo hecho de lamentarse, cada uno debe tomar la iniciativa de su vida y ocuparse de buscar las soluciones.

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jueves, 4 de septiembre de 2008

Quitando ladrillos del muro

Nunca te pusiste a pensar qué increíble es el ojo? Una forma perfecta para moverse sin dificultad en casi cualquier dirección, la capacidad de captar infinitas tonalidades de colores, movimiento, dimensiones espaciales... Y la habilidad de captar la atención, de comunicar tantas cosas con sólo una mirada, es realmente asombrosa. Mantener una mirada a los ojos del otro por más de un segundo puede ser un momento incómodo al principio. Uno no entiende el motivo de la mirada, el otro no sabe cómo va a reaccionar ante la mirada el anterior. Pero puede suceder que en un momento todo resulte claro, que las miradas traspasen los ojos y lleguen a entender.

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lunes, 18 de agosto de 2008

In The Court Of The Crimson King - King Crimson



Con influencias tan variadas como el jazz, la música clásica, el rock pesado, experimental y psicodélico, King Crimson es una banda pionera del rock progresivo. Su primer disco, In The Court Of The Crimson King, de 1969, es considerado el primer álbum de rock progresivo de la historia. Formado inicialmente por el guitarrista Robert Fripp, el bajista y cantante Greg Lake (que posteriormente formaría el trío progresivo Emerson, Lake and Palmer), el baterista Michael Giles, el multi-instrumentista Ian McDonald y Peter Sinfield, quien escribiría las letras.


In The Court Of The Crimson King

Canciones:

1. 21st Century Schizoid Man (7:20)
2. I Talk To The Wind (6:05)
3. Epitaph (8:47)
a) March For No Reason
b) Tomorrow And Tomorrow
4. Moonchild (12:11)
a) The dream
b) The illusion
5. The Court Of The Crimson King (9:22)
a) The Return Of The Fire Witch
b) The Dance Of The Puppets

Tiempo Total: 43:45

Integrantes:
- Robert Fripp / guitarra
- Greg Lake / bajo, vocales
- Ian McDonald / teclado, melotrón, vocales
- Michael Giles / batería, percusión, vocales
- Peter Sinfield / letras


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jueves, 10 de julio de 2008

Individualidad

El miedo a ser nosotros mismos, a ser una personalidad individual, única, distinta a todos, a tener que tomar nuestras propias decisiones, con el riesgo de tomar el camino equivocado, hace que rechacemos la individualidad, que nos unamos a un grupo social o tribu, perdiendo cualquier característica que nos distinga, pasando a formar parte de una masa de clones.

¿Te cuesta ser vos mismo? ¿Te falta carácter para formar o mantener tus propios principios y tu propia identidad, sin importarte la presión de la sociedad? No importa, ya tenés la solución!

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martes, 8 de julio de 2008

Terapia de Autoanálisis

Esta práctica, ideada originalmente por el renombrado maestro del psicoanálisis Sir Von Gastón, permite eliminar, ordenar, limpiar, estandarizar y disciplinar la mente, involucrando a todo el personal mental. Es una especie de Kaizen o 5 "S".

En realidad el método consiste en escribir cualquier cosa que salga de su masa encefálica, plasmarla en papel, Word trucho o Bloc de notas.

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lunes, 30 de junio de 2008

Never Let Go - Camel





Otro gran tecladista, Peter Bardens, en una gran banda del rock progresivo, Camel.


Camel es una banda británica formada en 1971. Pertenece al género musical del rock progresivo.



Ésta canción puede encontrarse en el primer disco de la banda, titulado "Camel". A continuación, información sobre ese disco:
"Camel", 1973

Canciones:
1. Slow Yourself Down (4:45)
2. Mystic Queen (5:40)
3. Six Ate (6:05)
4. Separation (3:57)
5. Never Let Go (6:22)
6. Curiosity (5:56)
7. Arubaluba (6:29)

Tiempo total: 39:14 minutos


Músicos:
- Andy Ward / batería, percusión
- Doug Ferguson / bajo, vocales (pista 2 y 6)
- Peter Bardens / teclados, vocales (pista 5)
- Andy Latimer / guitarra, vocales (pista 1 y 4)


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viernes, 27 de junio de 2008

Quién sos?

Situación hipotética:
"Persona pelotuda" (soyunapersonapelotuda@hotmail.com) te ha agregado a su msn. ¿Deseas aceptarlo en tu lista de contactos?.
Click en Aceptar.
Persona pelotuda ha iniciado sesión.

Persona pelotuda dice: wenazz
Yo dice: Hola.

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miércoles, 25 de junio de 2008

Child In Time - Deep Purple



Jon Lord, el maestro del Hammond.

sábado, 21 de junio de 2008

Juancito - Biografía no autorizada


Voy a revelar la historia de Juancito. Él llegó en un asteroide a la Tierra hace millones de años, junto con muchos otros compañeros de su raza, quienes venían en una excursión turística para realizar deportes extremos.

Desafortunadamente, el guía se había tomado unas cuantas copas de más antes de llegar, y estrelló el asteroide contra el océano, en donde Juancito tuvo que sobrevivir largas eras, evolucionando y modificando su ADN. Para sobrevivir, se iba morfando otros compañeros de excursión, quienes a su vez se iban reproduciendo y poblando el planeta.

jueves, 12 de junio de 2008

Exilio en el Infierno - Isaac Asimov

—Los rusos —puntualizó Dowling— enviaban prisioneros a Siberia mucho antes que el viaje espacial fuera algo cotidiano. Los franceses usaban la Isla del Diablo con ese propósito. Los ingleses los despachaban a Australia.
Estudió el tablero y detuvo la mano a unos centímetros del alfil.
Parkinson, al otro lado del tablero, observaba distraídamente las piezas. El ajedrez era el juego profesional de los programadores de computadoras, pero, dadas las circunstancias, no sentía entusiasmo. Estaba molesto. Y Dowling tendría que haberse sentido peor, pues él programaba el alegato del fiscal.



—Quieres decir que el exilio es un castigo tradicional y que, por lo tanto, no es particularmente cruel —comentó.
—No, sin duda es cruel, pero también tradicionalmente, en la actualidad, se ha convertido en la disuasión perfecta.

Dowling movió el alfil sin levantar la vista. Parkinson sí la levantó, aunque involuntariamente.
No vio nada, desde luego. Estaban en el interior, en el cómodo mundo moderno adaptado a las necesidades humanas y protegido contra la intemperie. Fuera, la noche resplandecería con la luz del astro.
¿Cuándo la había visto por última vez? Hacía mucho tiempo. Se preguntó en qué fase se encontraría. ¿Llena? ¿Menguante? ¿Creciente? ¿Era una brillante uña de luz en el cielo?

Debía ser una vista adorable. Lo fue en otros tiempos. Pero hacía siglos de eso, antes que el viaje espacial fuera común y barato y antes que el entorno se volviera tan refinado y estuviese tan controlado. Ahora, esa bonita vista en el cielo era una nueva y horrenda Isla del Diablo pendiendo en el espacio.
Nadie se atrevía a llamarla por su nombre. Ni siquiera era un nombre, sólo una silenciosa mirada hacia el cielo.

—Podías haberme dejado programar el alegato contra el exilio en general —dijo Parkinson.
—¿Por qué? No habría alterado el resultado.
—Éste no, Dowling. Pero podría influir en casos futuros. Los castigos futuros se hubiesen conmutado por sentencia de muerte.
—¿Para un culpable de destruir el equipo? Estás soñando.
—Fue un acto de furia ciega. Hubo intento de dañar a un ser humano, de acuerdo, pero no se intentó dañar el equipo.
—Nada, eso no significa nada. La falta de intención no es excusa en estos casos, y lo sabes.
—Debería ser una excusa. Eso era precisamente lo que yo deseaba alegar.
Parkinson adelantó un peón para proteger el caballo.
Dowling reflexionó.
—Tratas de continuar atacando a la reina, Parkinson, y no te lo permitiré... Veamos... —Y mientras meditaba, dijo—: No estamos en los tiempos primitivos, Parkinson. Vivimos en un mundo superpoblado, sin margen para el error. Bastaría con que se fundiera un consistor para poner en peligro a una considerable franja de la población. Cuando la ira pone en peligro toda una línea energética, es algo serio.
—No cuestiono eso...
—Parecías cuestionarlo cuando elaborabas el programa de la defensa.
—No. Mira, cuando el haz de láser de Jenkins atravesó la distorsión de campo, yo mismo estuve expuesto a la muerte. Una demora mayor a un cuarto de hora habría significado el fin para mí también, y lo sé perfectamente. Sólo sostengo que el exilio no es el castigo apropiado.

Tamborileó sobre el tablero para mayor énfasis, y Dowling sujetó la reina antes que se cayera.

—Estoy sujetándola, no moviéndola —murmuró. Recorrió con la vista una pieza tras otra. Seguía dudando—. Te equivocas, Parkinson. Es el castigo apropiado porque no hay nada peor y se corresponde con el peor delito. Mira, todos dependemos por completo de una tecnología compleja y frágil. Una avería podría matarnos a todos y no importa si la avería es deliberada, accidental u obra de la incompetencia. Los seres humanos exigen la pena máxima para cualquier acto así, pues es el único modo de obtener seguridad. La simple muerte no es lo suficientemente disuasoria.
—Sí que lo es. Nadie quiere morir.
—Y nadie quiere vivir allá en el exilio. Por eso hemos tenido un solo caso en los últimos diez años y únicamente un exiliado. ¡Vaya, a ver cómo te las arreglas ahora!

Movió la torre de la reina una casilla a la derecha.
Se encendió una luz. Parkinson se puso de pie.

—La programación ha terminado. La computadora ya tendrá el veredicto.
Dowling levantó la vista con una expresión flemática.
—No tienes dudas sobre el veredicto, ¿eh? Deja el tablero como está. Seguiremos después.

Parkinson estaba seguro que no tendría ánimos para continuar la partida. Echó a andar por el corredor hacia el juzgado, con su paso ágil de costumbre.
En cuanto entraron Dowling y él, el juez se sentó y luego entró Jenkins, flanqueado por dos guardias.
Jenkins estaba demacrado, pero impasible. Desde que sufrió aquel ataque de furia y, por accidente, dejó todo un sector sumido en la oscuridad mientras atacaba a un compañero, debía conocer la inevitable consecuencia de su imperdonable delito. No hacerse ilusiones sirve de ayuda. Parkinson no estaba impasible. No se atrevía a mirar a Jenkins a la cara. No podría haberlo hecho sin preguntarse, dolorosamente, qué pensaría Jenkins en ese momento. ¿Acaso absorbía con cada uno de sus sentidos todas las perfecciones de aquel confort antes de ser arrojado para siempre al luminoso infierno que surcaba el cielo nocturno? ¿Saboreaba aquel aire limpio y agradable, las luces tenues, la temperatura estable, el agua pura, el entorno seguro diseñado para acunar a la humanidad en un dócil confort?
Mientras que allá arriba...
El juez pulsó un botón y la decisión de la computadora se convirtió en el sonido cálido y sobrio de una voz humana normalizada.

—La evaluación de toda la información pertinente, a la luz de la ley de la nación y de todos los precedentes relevantes, lleva a la conclusión que Anthony Jenkins es culpable del delito de destruir el equipo y queda sometido a la pena máxima.
Sólo había seis personas en el tribunal, pero toda la población lo escuchó por televisión.
El juez empleó la fraseología de costumbre:
—El acusado será trasladado al puerto espacial más cercano y, en el primer medio de transporte disponible, será expulsado de este mundo y vivirá exiliado mientras dure su vida natural.

Jenkins pareció encogerse, pero no dijo una palabra.
Parkinson se estremeció. ¿Cuántos lamentarían la enormidad de semejante castigo, fuera cual fuese el delito? ¿Cuánto tiempo pasaría para que los hombres tuvieran la humanidad de eliminar para siempre el castigo del exilio?
¿Alguien podría imaginar a Jenkins en el espacio sin sentir un escalofrío? ¿Podían pensar en un congénere arrojado para toda la vida en medio de la población extraña, hostil y perversa de un mundo insoportablemente caluroso de día y helado de noche, un mundo donde el cielo era de un azul penetrante y el suelo de un verde más penetrante e intenso aún, donde el aire polvoriento se arremolinaba tumultuoso y el viscoso mar se levantaba eternamente?

Y la gravedad; ese pesado, pesado, eterno ¡tirón!
¿Quién podía soportar el horror de condenar a alguien, cualquiera que fuese la razón, a abandonar el acogedor hogar de la Luna para ir a ese infierno que flotaba en el cielo: la Tierra?

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