jueves, 4 de septiembre de 2008

Quitando ladrillos del muro

Nunca te pusiste a pensar qué increíble es el ojo? Una forma perfecta para moverse sin dificultad en casi cualquier dirección, la capacidad de captar infinitas tonalidades de colores, movimiento, dimensiones espaciales... Y la habilidad de captar la atención, de comunicar tantas cosas con sólo una mirada, es realmente asombrosa. Mantener una mirada a los ojos del otro por más de un segundo puede ser un momento incómodo al principio. Uno no entiende el motivo de la mirada, el otro no sabe cómo va a reaccionar ante la mirada el anterior. Pero puede suceder que en un momento todo resulte claro, que las miradas traspasen los ojos y lleguen a entender. Y en ese momento quizás la mirada seria o extrañada se convierta en una mirada amistosa, en una sonrisa, aquella sonrisa que desde un primer momento cautiva, y brinda una sensación indescriptible de felicidad. La felicidad de tener la certeza de que esa sonrisa está pura y exclusivamente dirigida hacia mí.

Y luego, los temores de siempre, completamente irracionales por supuesto, y no por eso menos potentes y paralizantes. Nuevamente el bloqueo cerebral, y la voz que grita en el interior "DECÍ ALGO" y que es peor, porque bloquea aún más. Y finalmente, lo mismo de siempre, seguimos siendo dos desconocidos que se cruzan miradas una vez cada mes y medio, 2 meses. Y el vano intento de ser positivo, de engañarme diciendo "La próxima vez me animo".

Tengo la certeza de que yo mismo construí este muro mental, como defensa, para evitar el rechazo, el quedar en ridículo. Sin embargo, lo que me servía de defensa terminó eclipsando y ocultando mi personalidad. La única manera de escapar a ese bloqueo es derribando el muro, que al fin y al cabo, soy simplemente yo mismo. Esa lucha con uno mismo es difícil y requiere mucha fuerza de voluntad, pero esta vez estoy dispuesto a vencerme porque tengo una motivación, un objetivo concreto y único.

No sé por qué posteo esto. Quizás me arrepienta y lo borre, quizás no lo publique nunca. Pero el simple hecho de haber intentado algo que no se me hubiese cruzado por la cabeza hace no tanto tiempo hace que valga la pena escribirlo. Por más que no lo leas, por más que no te importe.

1 comentario:

  1. de verdad concuerdo con lo que decis de la comodidad de una mirada, en que depara, porque sucede y depues no hay una certeza de "a que se debe".
    No se si yo pienso en un muro de tal manera, depende de quien lo haga. Tal vez puede ser que uno se cierre con las palabras, no solo con la vista, por decir un ejemplo; sin embargo me parece muy interesnate el enfoque.

    nos vemos adrielo ! saludos para alla lejos :P !

    ResponderEliminar

Si vas a comentar algo negativo, abstenete o sufrirás terribles consecuencias.

 
Volver arriba